Después de lograr una introducción efectiva en tu discurso, debes hacer que la audiencia te siga, que identique los diferentes puntos de tu discurso, que sepan hacia en qué parte de tu discurso vas y hacia dónde llegarás. En otras palabras, debes hacer una buena transición usando tu cuerpo o tus manos.
¿Cómo hacer buenas transiciones dentro de tu discurso?
Las transiciones son especialmente importantes en discursos largos, porque aseguran que tu audiencia se ubique dentro de todo lo que tienes que decir. Si le recuerdas a la gente en qué parte de tu discurso estás, ellos sabrán qué te falta decir y qué tan cerca estás del final. Así, intentarán prestarte atención porque estás siendo claro y tienes un propósito.
Tu audiencia tendrá ciertas expectativas que le ayudarán a seguirte durante todo el discurso. Si tu público no sabe qué esperar o en qué parte de tu discurso estás y para dónde vas, no tendrá ningún tipo de expectativa y estará más propenso a distraerse, aburrirse o cansarse.
Entonces, si debes hablar de tres puntos, debes ayudar a la audiencia a saber en dónde están en cada momento. Entonces ellos se remitirán a la introducción que hiciste y sabrán perfectamente hacia dónde te diriges.
Las transiciones deben diferenciar cada punto, como si dijeras explícitamente "OK, ya terminé con este punto, y ahora seguiré con este otro". |
1. Pasea por el escenario
Una de las mejores formas de hacer una transición cuando hablamos en público es a través del movimiento. Múevete a lo largo de tu escenario marcando cada punto del que hablas con un movimiento distintivo. Por ejemplo, das un paso (no tienen que ser pasos muy grandes si tu escenario es muy pequeño) y hablas sobre tu primer punto. Cuando termines das otro paso y hablas del segundo, y así sucesivamente.
Es como si caminaras a lo largo de los puntos principales de tu discurso. |
En el caso de que debas retomar alguno de tus puntos, puedes regresar a ese espacio en el que hablaste sobre ese punto en específico. Tu público ubicará mejor tus ideas si usas ayudas visuales como tu propio movimiento.
2. Usa tus manos
Si debes quedarte en el mismo sitio, procura usar tu cuerpo, especialmente el torso, para marcar las transiciones. Las manos serán tu mejor aliado. Úsalas para marcar cada punto moviéndolas hacia un lado. Por ejemplo, comienzas desde la izquierda y marcas el primer punto como si enmarcaras un objeto pequeño enfrente tuyo. Cuando hablas del segundo punto, lo enmarcas un poco más hacia la derecha y así sucesivamente.
Fíjate los gestos que usan los oradores cuando pasan de un punto a otro. |
En la estructura del discurso que te he enseñado hasta ahora (tesis general, puntos principales, soportes y conclusión) puedes dibujar un esquema con tus manos en el que la tesis general es un cuadro en la parte superior que se conecta más abajo con tus puntos principales y estos a su vez se conectan con sus soportes. Cuando estés hablando en público, puedes utilizar tus manos como si estuvieras enmarcando esos cuadros, uno por uno. Este pequeño truco es muy efectivo porque te ayuda a ubicarte si te pierdes u olvidas algo.
Las manos son la ayuda visual más importante que usan los oradores para aclarar sus ideas. |
Si estás hablando de jerarquías, puedes hacer un movimiento similar pero en el plano vertical. Por ejemplo, si debes comenzar desde arriba, puedes poner tu palma hacia abajo como si estuvieras diviendo tu cuerpo en dos o tapando la boca de una copa (como se muestra en la figura de abajo), a la altura de los ojos. Luego, conforme vas avanzando con cada punto, bajas un poco la palma y marcas otro punto, y así sucesivamente hasta terminar con todos los puntos. También puedes presentar jerarquías con un movimiento de escalera, ejecutando el movimiento anterior pero trasladando las manos tanto horizontal como verticalmente.
Imagina que manipulas cosas reales cuando estás hablando en público. Así te harás más consciente de lo que hacen tus manos a cada momento. |
Por supuesto, también puedes marcar cada punto de tu discurso con los dedos de tu mano, como si estuvieras contando. Este es el método más sencillo, pero carece de impacto visual porque no usa el espacio que tienes disponible frente a ti.
3.Haz pausas significativas
Finalmente, procura usar una buena pausa entre cada punto. No te apresures a pasar de un punto a otro, incluso si estás usando los marcadores anteriores. Dale tiempo a tu audiencia de prepararse para el siguiente punto.
Déjalos saber que has terminado un punto y comenzarás otro en breve con un espacio de silencio. Aquí puedes utilizar tu pausa para tomar agua o para ajustar tu postura.
Si te sientes más cómodo puedes usar el gesto que hiciste al principio, cuando iniciaste el discurso. Sin embargo, procura tener un buen repertorio de gestos para que puedan ajustarse a cada situación particular.
"La palabra apropiada puede ser efectiva, pero ninguna palabra ha sido tan efectiva como una pausa correctamente temporizada"
Mark Twain
"El silencio oportuno tiene más elocuencia que el discurso".
Martin Fraquhar Tupper
Hablar asi es todo un arte, me han sido de gran utilidad tus consejos
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