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"Trata a los otros como te tratas a ti mismo"
Doctrina del hinduísmo.

"Lo que es odioso para ti,
no se lo hagas al prójimo".
Doctrina del judaísmo.

"La naturaleza sólo es buena cuando no se hace a los demás
nada que no sea bueno para uno mismo"
Doctrina del zoroastrismo.

"No impongas a otro lo que no elegirías para ti mismo".
Doctrina del confucianismo.

"No hieras a los otros de una forma que
tú mismo encontrarías hiriente".
Doctrina del budismo.

Para cumplir con la regla de oro de la persuasión debemos tratar a todo el mundo como nos gustaría ser tratados, reconociendo al diferencia, sin esperar nada a cambio y siendo consistentes y congruentes con todas las personas que nos rodean.

Sonreír no es mostrar los dientes, sino el alma
"Sonreír no es mostrar los dientes, sino el alma".

"Trata a los demás como quisieras que los demás te trataran a ti"


Es imposible hablar de relaciones interpersonales sin mencionar esta regla de oro. No obstante, la mayoría de las personas dan por entendido este principio pero no logran aplicarlo efectivamente a sus vidas.

Esta regla aplica a todas las relaciones, sean estas familiares, sociales, profesionales o de pareja. Lamentablemente, muchas personas no la aplican a cabalidad, sencillamente, porque es algo muy difícil de hacer. Piensa detenidamente estas preguntas.

  • ¿Tratas a tu jefe como te gustaría ser tratado si tú fueras el jefe? ¿Tratas a tus subordinados como iguales?
  • Imagina que vas por la calle y te encuentras con una persona al azar. ¿Si por arte de magia te convirtieras en esa persona, recibirías de tu yo actual el mejor trato posible?
  • ¿El trato que ofreces a tu pareja es exactamente el trato que quieres recibir?
  • ¿Tu familia podría asegurar que el trato que reciben de ti es el que tú deseas recibir por parte de ellos?

Como ves, la cuestión no es sencilla. Cuando se invierten los papeles y somos tratados de manera injusta, usualmente no caemos en la cuenta de que nuestro trato hacia esa persona no ha sido el mejor que podríamos haber ofrecido.

En otras ocasiones, asumimos que nunca tendremos el papel de la otra persona (un vendedor, un agente del servicio al cliente, un conductor de transporte público, etc.) y somos desconsiderados con ella, pues no logramos identificarnos con esa persona. En otros términos, no usamos nuestra empatía porque las situaciones y experiencias de nuestra vida nos impiden ponernos en los zapatos del otro.

Sin embargo, no sólo debemos tratar bien a nuestros padres porque existe la posibilidad de que un día seremos padres, sino que debemos tratar a los demás como si en algún momento de nuestra vida pudiéramos ocupar su lugar (aunque eso sea algo imposible). Imaginémonos el mundo del otro y vivámoslo. Ahora la regla de oro no parece tan sencilla, ¿cierto?


"Actúa de tal modo que puedas igualmente querer que tu máxima de acción se vuelva una ley universal".
Kant

Haz las pequeñas cosas con gran amor
"Haz las pequeñas cosas con gran amor"

La regla de oro no depende de la reacción del otro


Practicar esta regla de oro es lo más práctico e inteligente que podemos hacer. De inmediato, nuestras relaciones sufrirán cambios positivos muy sutiles pero importantes. Pero no quiero que esperes recibir el mismo trato que recibes. No hagas las cosas porque esperas una conveniente retribución. Esto te hace una persona interesada que es incapaz de sentirse satisfecha consigo misma cuando trata a los demás de la mejor manera posible.

"Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; (...) como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? (...) Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? (...) Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada (...) Sed, pues, misericordiosos". (Doctrina Cristiana. Lucas 6:27-36.)

No esperes nada a cambio. Busca el placer en el propio acto de ser amable y carismático. Fíjate que la palabra amable se refiere a una persona digna de ser amada, a persona que inspira y merece amor gracias a su forma de comportarse. En la definición no se incluye ninguna referencia a la persona que trata bien a los demás PARA recibir un trato similar.

La verdadera prueba se encuentra en las personas que pueden ser respetuosas con las personas que son irrespetuosas con ellas; las personas que son solidarias con las personas más egoístas e individualistas de todas; las personas que son caritativas con aquellas personas que ni siquiera les regalarán una mirada de agradecimiento, mucho menos una palabra; o que incluso recibirán a regañadientes, con quejas o insultos, una ayuda que no esperaban recibir nunca.

"Lo que tú mismo temas, no lo hagas a los demás,
lo que deseas, hazlo a los demás"
Hans Reiner. Regla de la empatía.

De todas aquellas cosas que hagas en la vida, sólo serán memorables las que hiciste con el corazón
"De todas aquellas cosas que hagas en la vida, sólo serán memorables las que hiciste con el corazón"

No te compares, todos somos diferentes


Algunas personas suelen confundirse porque piensan que debemos considerar a todos como iguales y tratarlos de esta manera. No obstante, yo no estoy 100% de acuerdo con esta recomendación, pues esto nos invita a ignorar la diferencia en lugar de reconocerla, respetarla, amarla o valorarla.

Siempre habrá alguien superior e inferior a nosotros en algún aspecto, y tenemos que aprender a vivir con eso. En algunos casos, se recomienda deshacernos de la idea de que hay diferentes tipos de personas porque si tratamos de forma despótica y prepotente a las personas que consideramos inferiores, o si bien tratamos a nuestros superiores con muestras excesivas de servilismo con el fin de impresionarlas, estaremos haciendo en las cosas de la manera equivocada.

Si bien esto es cierto, no puedes negar que en ciertas situaciones estas obligado a respetar la autoridad y a hacer que los demás respeten la tuya (por ejemplo, en el caso de las relaciones entre padres e hijos). Así que aquí la situación se hace más tenue y compleja de lo que nos quieren hacer pensar.

Para solucionar esta complejidad, te invito a que consideres que todas las personas son dignas de un buen trato, incluso si realmente piensas que son inferiores o superiores a ti. No tienes que pensar si son iguales o diferentes. No tienes que fijarte si son mejores o peores que tú. Simplemente ofrece tu mejor trato al mundo sin pensar en lo que estás haciendo. Haz de esto algo automático en tu vida y verás que respetar la regla de oro será entonces mucho más fácil.

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Por ejemplo, es mucho más fácil para nosotros determinar que una persona no es digna de nuestro trato porque ha hecho algo malo o representan gran incomodidad para nosotros. De entrada, descartamos compararnos con estas personas (por ejemplo, delincuentes, homicidas, habitantes de la calle) y evitaremos cualquier tipo de contacto.

Pero yo me pregunto cosas como las siguientes:

  • ¿Qué tal si tratamos amablemente a estas personas reconociendo que son diferentes?
  • ¿Por qué tenemos que segregar y rechazar todo aquello que no sea igual o parecido a nosotros?
  • ¿Dado que los animales son una especie diferente a la nuestra, debemos tratarlos de maneras menos respetuosas?

Simplemente, dispersa felicidad y cordialidad sin reparar mientes en quién es la persona que tienes al frente. Como suele recordanos el dicho popular: "Haz el bien y no mires a quién". No todos somos iguales, pero eso no tiene por qué ser un problema.

"Lo que reprochas a otros, no lo hagas tú mismo;
debes actuar como juzgas que los demás deben hacerlo"
Hans Reiner. Regla de la equidad.


"No podemos hacer que una persona se sienta importante en nuestra presencia
si secretamente pensamos que es un don nadie"
Les Giblin.

La cita más sabia de todas las culturas
Trabaja por una causa, no por aplausos. Vive la vida para expresar, y no para impresionar. No te esfuerces para hacer notar tu presencia, sino para hacer sentir tu ausencia.

El calor es para la cera lo que la cortesía y la amabilidad son para nuestras relaciones


El autor de esta analogía es Arthur Schopenhauer, quien afirmaba que la cera era una sustancia dura y quebradiza que podría tornarse blanda y maleable con un poco de calor; y que de esta misma manera, siendo respetuosos y corteses podíamos lograr que la gente estuviera más dispuesta, sumisa y abierta hacia nosotros, a pesar de que fueran por naturaleza díscolas, hurañas, groseras y maldispuestas.

La clave está en ser consistentes en nuestras actitudes. No podemos ser extremadamente atentos con nuestros superiores y a un tiempo despectivos con personas que por alguna u otra razón, están por debajo de nosotros. Seguramente conoces casos de personas que generan demasiada desconfianza porque, por ejemplo, son gentiles y cálidas con todo el mundo, a excepción de su familia o algunos miembros de su familia. De inmediato notamos que algo es incongruente y falso.

"Respeta al otro como a ti mismo"
Enno Winkler.

TuCambioEsAhora: La frase célebre que todo mundo conoce
"Nuevo día. Nueva oportunidad: Todo está en tus manos"

Haz de la regla de oro tu principal compromiso para el año nuevo


Integrándonos con el espíritu de año nuevo y las metas para el año que viene, quiero que te propongas comprobrar la regla de oro en tu vida.

Sé atento con todas las personas con las que te cruces. Saluda amablemente a las personas con las que mantengas cierto tipo de contacto, aunque sea solo visual.

Sé especialmente afable con las personas que trabajan para ti o que te brindan algún servicio. Aunque sea correcto pensar que simplemente hacen tu trabajo, te están ayudando a que tu vida sea más sencilla.

Siempre que puedas, ayuda a alguien sin esperar que te dé las gracias.

Finalmente, procura ser doblemente educado y cívico con aquellas personas que jamás te darán las gracias, que se burlarán de ti y que son tan amargadas que incluso puedan rechazarte el favor o abusar de ti. Esta será la prueba de fuego y la que te dará las lecciones más valiosas sobre la urbanidad, el buen trato y la persuasión.

Es tremendamente simple decir "¡buenos días!" cuando nos saludan con una expresión similiar. El reto es hacerlo sin que haya ninguna reacción o que la reacción de esa persona sea contraria a lo que esperaríamos.

Para comentar y discutir


1. ¿Qué piensas de la frase "No hagas a otros lo que quisieras que te hagan a ti. Sus gustos pueden no ser los mismos" de George Bernard Shaw?

2. ¿Cuál es tu opinión de la regla de oro ("No hagas a los otros lo que no quieres que te sea hecho")? ¿Crees que es una exageración o que puede cumplirse totalmente?


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