Si has tenido la oportunidad de leer las dos publicaciones anteriores acerca de los mitos y falsedades del pensamiento positivo y el optimismo, con seguridad ya tienes una muy buena idea de lo contraproducente que puede ser tener actitudes de este estilo en momentos y contextos inapropiados.
Si no has podido leer los dos artículos previos, a continuación te resumiré lo más importante. Estos son los errores del optimismo que hemos identificado hasta ahora:
En esta ocasión abordaremos 3 desventajas más:
7. El pensamiento positivo puede generar ilusiones de control y descontrol desajustadas de la realidad.
8. El pensamiento positivo puede impedir hacer planificaciones efectivas.
9. El pensamiento positivo no ataca las causas de tus problemas.
Si planteas siempre que las cosas van a salir bien y que todo pasa por una buena razón, eventualmente terminarás creyendo en que no importa lo que hagas, las cosas terminarán muy bien. Es decir, generas la ilusión de que a pesar de que te equivoques, tomes malas decisiones y pasen cosas horribles, todo va a estar bien. Desde esta perspectiva, todo tiene un sentido y detrás de todo lo que te sucede, especialmente lo malo, hay un significado o una razón, incluso un destino.
Esto le envía un mensaje muy delicado a tu mente: "No tengo el control de lo que sucede, pero no debo preocuparme porque todo va a salir según lo esperado".
En otras palabras, si un sencillo cambio en la forma de percibir el futuro lo hace mejor, no importa si realmente se cambian las condiciones que puedan generar un mejor futuro. Si sientes y piensas de forma optimista y eso te asegura que las cosas salgan bien, no te importará trabajar en lo que realmente hace que las cosas salgan bien.
La advertencia es que el pensamiento positivo no puede usarse en aislamiento. Si dependes únicamente de tus expectativas y el poder de tu mente, puedes paralizarte y quedarte sin hacer nada. Si fantaseas y sueñas acerca de las buenas cosas que pueden suceder en tu vida, pero no te esfuerzas para alcanzarlas, te vas a sentir peor cuando no logres nada.
Si refuerzas permanentemente esta forma de pensar, eventualmente creerás que eres ligeramente menos responsable por lo que te pasa y que el nivel de control que tienes en tu vida es menor; lo cual puede llevarte a esforzarte menos, a demandar menos de ti mismo y a ser más laxo contigo mismo; puesto que "no importa lo que pase, las cosas van a resultar de la mejor manera".
Cuando las cosas no resultan de la mejor manera, te seguirás esforzando por mantener una actitud positiva y tal vez el golpe sea más fuerte de lo que esperabas en un principio, porque pensabas que no iba a doler tanto.
Por otro lado, puede generarse el efecto contrario, que consiste en pensar que lo tienes todo bajo control, ya que le vendes la idea a tu mente de que los retos y desafíos que tienes por delante los superarás y podrás salir victorioso, aunque no sea así. El pensamiento positivo te puede hacer pensar que eres más capacitado y tienes más recursos de los que realmente posees, y asimismo puede generarte la ilusión de que tienes muchas cosas bajo control, cuando realmente no es así.
Si debes planear un proyecto, llevar a cabo una tarea o adelantar un trabajo, el optimismo crudo, como me gusta llamarlo, puede jugarte una mala pasada.
Existen estudios que demuestran que las personas tienen la tendencia a subestimar el nivel de esfuerzo o tiempo requerido para una labor dada, especialmente si la persona es demasiado optimista.
Seguramente te ha pasado que piensas que te tardarás 10 minutos en terminar una tarea y al realizarla notaste que te tomó 3 veces más; o pensabas que conquistar a una chica o realizar el trabajo final de una asignatura en el colegio o en la universidad iba a ser algo sencillo, pero luego caíste en la cuenta de que estabas siendo demasiado optimista y no contemplaste todas las barreras y obstáculos de tu camino, lo cual te pudo generar más estrés, frustración y desesperación.
El optimismo radical puede hacerte infravalorar el tiempo y el esfuerzo que necesitas invertir en algo concreto y te puede cegar frente a los problemas que se pueden presentar o a los recursos que debes poner en marcha para completar un trabajo.
En conclusión, el optimismo puede hacer que obvies algunos pasos en la planeación o que no los consideres tan importantes, como contrastar la realidad con tu objetivo o idear soluciones para los posibles obstáculos que se interponen en la consecución del mismo.
A pesar de que pienses siempre en lo mejor y trates de ver siempre el lado positivo de las cosas, esta actitud no aporta nada sustancial para solucionar tus problemas a largo plazo.
Por ejemplo, el optimismo puede llevarte a ignorar síntomas importantes que te indican que debes prestar más atención a ciertas cosas negativas que estás viviendo. Si te molestas fácilmente con tu jefe, tal vez la solución no sea encontrar sus puntos positivos y centrarte en ellos, sino analizar por qué te irritas tan fácilmente con tu jefe, eso qué dice de ti, y por qué te resulta tan difícil tolerarlo.
Tal vez descubras que tu jefe se parece mucho a tu pareja, con la que actualmente estás discutiendo, o quizá caigas en la cuenta que lo estás juzgando apresuradamente por comentarios que oíste de otras personas.
Para brindarte otro ejemplo, si estás pasando por un período de bajo estado de ánimo o incluso depresión, pensar positivamente no eliminará estos síntomas, sino que los atenuará y hará que olvides sus verdaderas causas por un momento.
En otras palabras, el pensamiento optimista puede usarse como paliativo, pero a largo plazo no ayuda significativamente a resolver las dificultades psicológicas por las que estás pasando.
Si no has podido leer los dos artículos previos, a continuación te resumiré lo más importante. Estos son los errores del optimismo que hemos identificado hasta ahora:
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En esta ocasión abordaremos 3 desventajas más:
7. El pensamiento positivo puede generar ilusiones de control y descontrol desajustadas de la realidad.
8. El pensamiento positivo puede impedir hacer planificaciones efectivas.
9. El pensamiento positivo no ataca las causas de tus problemas.
Los errores fundamentales de ser una persona demasiado optimista: Tercera Parte
Error 7: El optimismo puro genera la ilusión de descontrol
Si planteas siempre que las cosas van a salir bien y que todo pasa por una buena razón, eventualmente terminarás creyendo en que no importa lo que hagas, las cosas terminarán muy bien. Es decir, generas la ilusión de que a pesar de que te equivoques, tomes malas decisiones y pasen cosas horribles, todo va a estar bien. Desde esta perspectiva, todo tiene un sentido y detrás de todo lo que te sucede, especialmente lo malo, hay un significado o una razón, incluso un destino.
Esto le envía un mensaje muy delicado a tu mente: "No tengo el control de lo que sucede, pero no debo preocuparme porque todo va a salir según lo esperado".
En otras palabras, si un sencillo cambio en la forma de percibir el futuro lo hace mejor, no importa si realmente se cambian las condiciones que puedan generar un mejor futuro. Si sientes y piensas de forma optimista y eso te asegura que las cosas salgan bien, no te importará trabajar en lo que realmente hace que las cosas salgan bien.
La advertencia es que el pensamiento positivo no puede usarse en aislamiento. Si dependes únicamente de tus expectativas y el poder de tu mente, puedes paralizarte y quedarte sin hacer nada. Si fantaseas y sueñas acerca de las buenas cosas que pueden suceder en tu vida, pero no te esfuerzas para alcanzarlas, te vas a sentir peor cuando no logres nada.
La actitud es importante, pero no es lo único que determina el éxito. No todo es cuestión de actitud.
Si refuerzas permanentemente esta forma de pensar, eventualmente creerás que eres ligeramente menos responsable por lo que te pasa y que el nivel de control que tienes en tu vida es menor; lo cual puede llevarte a esforzarte menos, a demandar menos de ti mismo y a ser más laxo contigo mismo; puesto que "no importa lo que pase, las cosas van a resultar de la mejor manera".
Cuando las cosas no resultan de la mejor manera, te seguirás esforzando por mantener una actitud positiva y tal vez el golpe sea más fuerte de lo que esperabas en un principio, porque pensabas que no iba a doler tanto.
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Por otro lado, puede generarse el efecto contrario, que consiste en pensar que lo tienes todo bajo control, ya que le vendes la idea a tu mente de que los retos y desafíos que tienes por delante los superarás y podrás salir victorioso, aunque no sea así. El pensamiento positivo te puede hacer pensar que eres más capacitado y tienes más recursos de los que realmente posees, y asimismo puede generarte la ilusión de que tienes muchas cosas bajo control, cuando realmente no es así.
Error 8: El optimismo puro genera sesgos de planificación
Si debes planear un proyecto, llevar a cabo una tarea o adelantar un trabajo, el optimismo crudo, como me gusta llamarlo, puede jugarte una mala pasada.
Existen estudios que demuestran que las personas tienen la tendencia a subestimar el nivel de esfuerzo o tiempo requerido para una labor dada, especialmente si la persona es demasiado optimista.
Seguramente te ha pasado que piensas que te tardarás 10 minutos en terminar una tarea y al realizarla notaste que te tomó 3 veces más; o pensabas que conquistar a una chica o realizar el trabajo final de una asignatura en el colegio o en la universidad iba a ser algo sencillo, pero luego caíste en la cuenta de que estabas siendo demasiado optimista y no contemplaste todas las barreras y obstáculos de tu camino, lo cual te pudo generar más estrés, frustración y desesperación.
Concentrarse únicamente en las emociones positivas puede hacer que las emociones
negativas emerjan después con más intensidad. En este sentido, esperar lo mejor te impide prepararte para lo peor
El optimismo radical puede hacerte infravalorar el tiempo y el esfuerzo que necesitas invertir en algo concreto y te puede cegar frente a los problemas que se pueden presentar o a los recursos que debes poner en marcha para completar un trabajo.
En conclusión, el optimismo puede hacer que obvies algunos pasos en la planeación o que no los consideres tan importantes, como contrastar la realidad con tu objetivo o idear soluciones para los posibles obstáculos que se interponen en la consecución del mismo.
Error 9: El optimismo puro no te sirve para solucionar tus problemas más complicados
A pesar de que pienses siempre en lo mejor y trates de ver siempre el lado positivo de las cosas, esta actitud no aporta nada sustancial para solucionar tus problemas a largo plazo.
Por ejemplo, el optimismo puede llevarte a ignorar síntomas importantes que te indican que debes prestar más atención a ciertas cosas negativas que estás viviendo. Si te molestas fácilmente con tu jefe, tal vez la solución no sea encontrar sus puntos positivos y centrarte en ellos, sino analizar por qué te irritas tan fácilmente con tu jefe, eso qué dice de ti, y por qué te resulta tan difícil tolerarlo.
Tal vez descubras que tu jefe se parece mucho a tu pareja, con la que actualmente estás discutiendo, o quizá caigas en la cuenta que lo estás juzgando apresuradamente por comentarios que oíste de otras personas.
El pensamiento positivo jamás te permitirá ir al fondo de tus dificultades mentales y emocionales, pues simplemente te dicta que cambies de actitud.
Para brindarte otro ejemplo, si estás pasando por un período de bajo estado de ánimo o incluso depresión, pensar positivamente no eliminará estos síntomas, sino que los atenuará y hará que olvides sus verdaderas causas por un momento.
En otras palabras, el pensamiento optimista puede usarse como paliativo, pero a largo plazo no ayuda significativamente a resolver las dificultades psicológicas por las que estás pasando.
Error 1: Convertir el pensamiento positivo en algo sistemático puede hacerte ver las cosas más simples de lo que realmente son
ResponderBorrarEl pensamiento positivo y optimista supone que sin importar lo que esté sucediendo, es recomendable adoptar una posición en la que esperas que siempre suceda lo mejor. Es decir, siempre ves el vaso medio lleno, sin importar si antes estaba vacío, si antes estaba lleno o si te conviene más una opción o la otra de acuerdo a tu situación particular.
Si tu mayor esfuerzo a nivel psicológico consiste en aplicar sistemáticamente la fórmula del optimismo y hacerla siempre tu punto de partida, estás ignorando los recursos que tienes, la gravedad de una situación específica, las probabilidades de que sucedan otras cosas y tu historial previo con esa situación, entre muchas otras cosas.
Error 2: Convertir el pensamiento positivo en algo automático puede hacerte tomar malas decisiones
ResponderBorrarSi aplicas la fórmula del optimismo automáticamente, estás negando tu propia individualidad y a su vez corres el riesgo de tomar decisiones poco acertadas, pues siempre te estás posicionando en el mismo lugar para ver el problema y tomar decisiones importantes.
Siempre es necesario asumir la perspectiva que te permita ver mejor el problema, no el punto de vista que se supone que debes asumir según lo que es socialmente deseable.
El optimismo puede volverse automático, lo que te impedirá evaluar mejor las situaciones. Si te obligas a ti mismo a mantenerte positivo porque se supone que debes hacerlo, especialmente en una situación muy complicada, te estás comportando de una forma que no se corresponde con lo que piensas o sientes.
Esta incoherencia te impide evaluar adecuadamente las situaciones y genera rupturas internas difíciles de enmendar después.
Error 3: El pensamiento positivo puede fomentar el rechazo a las personas que más lo necesitan
ResponderBorrarA nivel social, el pensamiento positivo puede llegar a condenar algunas conductas antes que fomentar la empatía y comprensión de las mismas. Esto ocurre en parte porque hace demasiado énfasis en estados ideales en lugar de estados reales. Además, el pensamiento optimista puede fomentar el aislamiento social, especialmente a aquellas personas que más lo necesitan.
Debido a que el optimismo es socialmente deseable, te puede alejar de quién eres realmente. Si eres una persona amargada o pesimista, o incluso si te consideras a ti mismo un "realista", es posible que no tengas tanto éxito a nivel social como las personas que se muestran más optimistas. Esto te puede llevar a ceder a la presión social y asumir posturas optimistas cuando realmente sientes y piensas que las cosas no pintan nada bien.
No solo esto genera enredos emocionales y pensamientos automáticos, sino que también hace que niegues tu propia personalidad y tu idiosincracia con el fin de ajustarte a la norma social.
Error 4: El pensamiento positivo es agotador a nivel emocional y puede generar rupturas en la personalidad
ResponderBorrarEl optimismo demanda mucha energía y recursos emocionales y cognitivos, y esto te puede agotar al extremo, puesto que es una actitud que no permite tiempos fuera ni descansos. Nuestra mente no puede soportar tanta carga y debe tener momentos de activación y de relajación, de tensión y distensión, de estrés y calma.
En otras palabras, el pesimismo y el pensamiento negativo son un tiempo fuera que curiosamente también contribuyen a nuestra salud mental.
Error 5: El pensamiento positivo puede comprometer tu autoestima
ResponderBorrarSi una persona con baja autoestima que no confía en sí misma se ve expuesta a mensajes excesivamente positivos, va a considerarse lejos de lo que es "normal" y va a pensar que no es lo suficientemente adecuada. En otras palabras, se va a sentir peor y va a estar menos motivada a cambiar o hacer algo para mejorar su bienestar psicológico.
Error 6: El pensamiento positivo puede generar sesgos que omiten información importante
ResponderBorrarEl optimismo generaliza y es independiente de la información disponible. En otras palabras, impide hacer predicciones del futuro porque no tiene en cuenta la información con la que contamos en un momento dado.