En una publicación anterior hice un balance del último año y al compartir mis respuestas, noté que este año estoy muy conectado con el ejercicio y que de hecho, aprendí mucho.
Por eso quiero profundizar en algunas respuestas que di y quiero compartir contigo algunos descubrimientos que hice y motivarte a que compartas los tuyos en la sección de comentarios.
Fotografía por Riguelis |
Aprendizaje #1: Es importante pensar en la misma medida en la que se actúa
Me caracterizo por ser una persona reflexiva, pero este año particularmente noté que puedo encontrar un balance entre el pensar y el hacer; y que no sólo es algo que puedo hacer sino que es algo que necesito. Hace unos años descubrí que a veces me contento con pensar las cosas bien y tener un plan diseñado; pero que no soy tan buen ejecutor; pero este año, particularmente, esta reflexión fue central para mí.
Es por esto que una idea que resuena mucho en mi cabeza en estos momentos es el convencimiento que ejecutar a medias es mejor que no ejecutar. Que es preferible hacer y que en medio del hacer puedo refinar mis pensamientos y mis planes. Por supuesto, todas las ideas tienen sus excepciones y limitaciones; pero en estos momentos confío en que es mejor hacer que decir/pensar/planear bien.
Pensar de esta manera tiene sus riesgos, pero me tranquiliza sentir que soy consciente de las excepciones a la regla y no estoy siguiendo un principio de manera acrítica y ciega; y es un principio que se ha alimentado de la experiencia más que de lecturas y reflexiones.
Aprendizaje #2: La coherencia me da paz
Uno de mis principios es intentar ser lo más coherente posible. Sé que no es posible ser coherente todo el tiempo; pero creo firmemente (al menos por ahora) que mi deber conmigo mismo es tratar de ser lo más coherente que pueda y reflejarlo en mis pensamientos, emociones y acciones. Este es un reto inmenso pero me hace mucho sentido y le confiere propósito a mi camino.
Y aún más que lo anterior, el intentar ser coherente me llena de paz y de satisfacción, ya que actúa como una brújula cuando no puedo ver el camino tan claramente. Por esta razón, es mejor hacer lo que se sabe que saber qué hacer.
Aprendizaje #3: La gratitud le confiere sabor a las experiencias
La gratitud es algo que ponderé bastante en los últimos meses. Y es que me siento una persona muy afortunada en muchos aspectos. Siento que tengo privilegios inmensos y que las oportunidades abundan a mi alrededor. Y soy consciente de que un gran porcentaje de este privilegio es pura y física suerte. Si bien me esfuerzo a diario y me preparo para recibir la suerte; el proceso no deja de ser tremendamente aleatorio, lo que me hace sentir profundamente agradecido. No sé con quién o con qué; pero por ahora esa gratitud no tiene un objeto, simplemente es.
Sentir gratitud y sentirme afortunado hace que atesore mis experiencias, lo que en consecuencia me lleva a estar más presente y me lleva a disfrutar una capa adicional de lo que vivo a diario. Por esta razón, un hábito que cultivé el último año sin intención fue el agradecer en voz alta a mi cuerpo (mi cerebro incluído) por lo que me permite lograr a diario.
Aprendizaje #4: Dejar de compararme sigue siendo desafiante
Me cuesta muchísimo no compararme; aunque percibo que cada año lo hago mejor y lo hago en una medida cada vez más justa y razonable. En ese sentido, trato de seguir mis propios consejos del blog y he notado progreso.
Aprendizaje #5: La auto-compasión es más importante que el logro
En línea con lo anterior, soy mucho más auto-compasivo. Esto me ha permitido privilegiarme, cuidarme y exigirme incluso más que antes. Gran parte de los pensamientos, acciones y emociones que utilizaba para criticarme, darme latigazos y reprocharme lo mediocre que soy; ahora los utilizo para trabajar y exigirme, para plantearme desafíos y para darme el lugar para descansar, para divertirme, para estar tranquilo, para no obsesionarme con la productividad. De nuevo, siguiendo mis propias recomendaciones del blog.
La auto-compasión me permite ser más honesto conmigo mismo, acentúa mis ventajas y me permite concentrarme mucho mejor en mis debilidades, desventajas o errores. Ser autocompasivo, lejos de hacerme perezoso o débil, afila mis herramientas y hace que me pueda enfocar mejor.
Fotografía por Riguelis |
Aprendizaje #6: Menos es más
Menos es más. En muchas ocasiones lo es así. De nuevo, no es una regla inquebrantable o un principio que aplique a absolutamente irracionalmente a todo. Sin embargo, aplicó para mí en muchos aspectos en el último año. Fui más feliz haciendo menos cosas, trabajando menos, disminuyendo mis intereses, perdiéndome de información, de ideas, de conocimiento, de experiencias. Estuve más satisfecho potenciando un puñado de ideas y acciones que tratando de abarcarlo todo.
Algunos blogs y personajes motivadores promueven una cultura del cansancio cuando se trata de cumplir tus metas, proponiendo cosas tan absurdas como leer algunas páginas de un libro en los descansos entre serie y serie de una sesión de pesas (que en la mayoría de los casos no serán más de 120 segundos), hacer algunas flexiones de pecho (o de codo, como te parezca mejor llamarlas) mientras esperas a que se cocine tu desayuno, memorizar una cita célebre mientras haces fila en un banco o en los 5 minutos que esperas en una reunión que no ha comenzado. Otros llevan esta idea un poco menos al extremo sugiriendo aprovechar meditar en cualquier resquicio de tiempo que te quede libre o escuchar un podcast mientras conduces o haces los deberes de la casa.
Yo me pregunto si estas personas entienden la noción de descanso y por qué es tan importante para nuestro cuerpo. Si estoy haciendo mil cosas todo el día, ¿en qué momento le doy una pausa a mi cerebro? ¿En qué momento dejo que mi cuerpo tome un nuevo aliento?
Me lo pregunto también como aquellos motivadores que dicen que duermen 5 horas o menos al día con el fin de "aprovechar el día" y aprovechar el tiempo al máximo. El descanso es necesario, el enfocarse en una cosa es necesario, tomarse el tiempo para preparar tu comida o conducir sin hacer otra cosa es necesario; y más que necesario, es sano. Sea como sea, matar el tiempo es necesario.
Una última pregunta para dejar mi queja y pasar al siguiente punto: ¿Qué tanto disfruto ese podcast si mientras estoy respondiendo un mensaje, cocinando, lavando los platos y dándole de comer al gato? ¿La experiencia es la misma que si hago una sola cosa a un tiempo?
Aprendizaje #7: Aún debo esforzarme para ser proactivo
La iniciativa y la proactividad son uno de los puntos más flacos de mi personalidad. Siempre me ha costado y cada vez comprendo mejor por qué. Es algo que cada vez cobra más fuerza como prioridad y me siento tranquilo porque cada vez dedico más esfuerzo a este aspecto de mí.
Aprendizaje #8: Divertirme no está reservado a mi tiempo libre
Divertirme es importante para muchas cosas que hago. Reír y no tomarme las cosas tan en serio no sólo hacen parte de mi personalidad; sino que me impulsan a tener un mejor desempeño en mi trabajo, en mis proyectos de aprendizaje y en mis relaciones.
Aprendizaje #9: Aunque es importante lograr las cosas, es más importante saborearlas
Si quiero leer un libro, estudiar un tema, buscar una forma adicional de ingreso económico o si quiero implementar un nuevo hábito en mi vida, necesito disfrutar esas experiencias y tomarme el tiempo para saborearlas. Necesito encontrarle el gusto, necesito sentir placer y atracción por esas cosas.
En esa medida, el último año procuré diseñar mis actividades de manera tal que pudiera disfrutarlas y no verlas únicamente como una tarea. Esto no significa que me haya esforzado menos o hubiese sido más permisivo conmigo mismo, ¡todo lo contrario! Liberarme de la carga de sentir mis propósitos y metas como solamente una tarea hizo que pudiera esforzarme más y que ese esfuerzo se sintiera menos pesado. El disfrute me energiza, me hace más espontáneo y me conecta mucho más con lo que hago.
Aprendizaje #10: Aceptar es estar aquí y ahora.
Este es un aprendizaje en camino y que es muy complejo de implementar; pero la idea central es que soy más poderoso cuando estoy en el aquí y en el ahora, lo que a su vez significa que acepto lo que sucede tal y como si yo lo hubiera elegido.
Fotografía por Riguelis |
Por supuesto, hubo más lecciones que recogí en el año, pero planteo honrar mi principio de "menos es más" y dejarlo en 10 lecciones en la publicación. Ninguna de estas lecciones están completadas, lo que quiere decir que aún estoy trabajando en ellas y aún estoy tratando de asimilarlas.
"Every moment is a new year,
every breath a new life,
every heartbeat is a step into a new world".
Roshi Amy Hollowell.
Actualización 10/01/2021: Escribí una publicación en la que comparto mis 50 lecciones prácticas del año 2021. Más sencillas, resumidas en dos frases o menos. Me encantaría que la leyeras.
Publicar un comentario Blogger Facebook
Si te gustó lo que acabas de leer, no olvides seguirme en las diferentes redes sociales, por correo electrónico o por RSS. Si piensas que el contenido podría ser mucho mejor, estaré muy pendiente de tus sugerencias.
¿Te gustaría decir algo? ¿Quieres tener más información respecto a algún tema tratado aquí? ¿Quisieras que explicara con más detalle algo de lo que te he compartido? ¡Comenta!
Recuerda que también puedes comentar con Facebook. Apóyame con el hashtag #TuCambioEsAhora